miércoles, 28 de marzo de 2012

LA GRAN PREOCUPACION

LA GRAN PREOCUPACION
Hace un montón de años se decía que al pueblo se le entretenía con fútbol, y quizá fuese una realidad. Llegó la democracia, se ampliaron las cadenas de televisión, Internet entró en nuestras vidas poniendo el mundo a un clic. Era el momento de crecer, de alcanzar un desarrollo cultural importante, pero la ilusión duró poco, y no porque el fútbol siga siendo importante para  la mayoría, sino porque lo que sirve para narcotizar a los españoles y españolas es saber de las vidas de otros, y no me refiero precisamente a vidas ejemplares, sino a las más comunes, e incluso a las más envilecidas, cuanto más deplorable sea la conducta mejor, mayor interés.
Es increíble los índices de audiencia que tienen los programas denominados del corazón, aún en estos graves momentos en que las personas por estar desempleados pierden sus casas, llegan a pasar hambre, tienen que volver a casa de sus padres a sobrevivir a costa de la miseria de pensión que sus progenitores perciben; porque los políticos lo tienen muy claro, quienes cobran mil euros al mes, los mileuristas, no pueden vivir con tan poco, pero los jubilados con pensiones de entre trescientos y cuatrocientos euros viven estupendamente.
Pero como iba diciendo, me pregunto ¿qué importa quien se divorcie, ponga los cuernos, con quien esté, o si se lleva bien con su familia?,  son una caterva de parásitos, de vidas disolutas y corrompidas impulsados  a mostrarlas por unos mediocres periodistas viviendo igualmente de las miserias de otros.
Con ello se consigue que en vez de pensar y reclamar justicia para que se busquen soluciones que nos afecten directamente y se haga una realidad vivir en el primer mundo, nos convirtamos en seres incapaces de hacer nada,  sólo de sentarnos ante la pantalla a ver como otros ganan opíparas cantidades de euros, por sentarse en un plató a contar sus historietas, y cuanto mas viles  e indignas sean mucha más audiencia.
¿Cuándo vamos a reaccionar?, la vida tiene fecha de caducidad y es despilfarrarla dejarnos manipular hasta convertirnos casi en seres inanimados.
Me da mucha pena que una carrera de periodismo, si no es que ha sido de regalo, sólo sirva para desenterrar y hacer visible la porquería de gente que no tienen ningún valor para la sociedad, que no hacen nada.

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