viernes, 29 de noviembre de 2013

EL CIUDADANO CONGELADO

Personas por todos sitios deambulan personas, respiran, hablan y parece que sienten. Estoy equivocada, deben ser autómatas porque lo cierto es que no reaccionan ante lo que es indigno y un atropello.
A lo largo de la historia siempre hubo quien a pesar de arriesgar su propia vida lucho desde el convencimiento de que no iba a conformarse con ser sometido, tenía derechos y no consentiría que se conculcasen.
Ahora sólo existen dos ideales: sobrevivir aunque sea malviviendo y acatar sin rechistar las decisiones de quienes ostentan el poder esperando a que lleguen mejores tiempos.

  

sábado, 23 de noviembre de 2013

Mirar hacia otro lado

Los políticos se van y simplemente se critica su gestión pero una vez fuera no se les piden responsabilidades, quedan con un buen sueldo a perpetuidad, como para su nivel de vida es insuficiente se contratan de consejeros y dan conferencias, por supuesto todo bien remunerado.
Eso no tendría que ser así, cuando alguien es negligente no se le puede permitir que mire hacia otro lado ignorando el sufrimiento que ha creado.
A cualquier trabajador se le piden resultados o es despedido, eso sucede antes de que el daño causado lleve a la empresa a la ruina. La clase política ha creado miseria, y lo único que hacen es decirse a la cara las ignominias que unos y otros han hecho, total por unas palabras no pasa nada, luego a comer bien, la casa calentita o refrigerada y por supuesto que sea grande, para eso he sido hábil mintiendo y me han votado. 
Basta de reírse de los ciudadanos, unos que devuelvan lo sustraído y otros que se marchen. Se decía el pueblo no merece un gobierno que le mienta, la verdad es que ustedes no merecen que nadie del pueblo ni tan siquiera les escuche.
 

viernes, 22 de noviembre de 2013

MENTIRAS

Voy por la ciudad y me fijo en que la mayor parte de las personas con quienes me cruzo tienen los músculos de la cara contraídos, reflejan angustia, amargura y desesperanza.
Todo provocado por decisiones erróneas con las que tienen que apechugar. En democracia se dice que el pueblo es soberano, es mentira, una gran falacia porque en vez de escuchar sus quejas, por cierto la mayor parte de lo más razonables, se imponen leyes represoras. 
Queremos políticos honestos que cumplan con sus programas electorales, y ya no basta con que Dios, sí creen en alguno, se lo demande, son los ciudadanos engañados quienes deben exigirlo.